El 47% de la producción total del país corresponde a crudos pesados, y se calcula que podría llegar al 60% en 2018. El 70% del crudo que se explota en Colombia va directo a los mercados del Golfo de México y el este de Asia. “En realidad nosotros no comercializamos
crudos pesados, sino mezclas pesadas; es decir, crudo pesado más diluyente. Son cerca de 500 mil barriles por día de esta mezcla”, dice Pedro Casallas, líder del programa de Crudos Pesados de la Vicepresidencia de Producción de Ecopetrol.
Y si bien esa es una notable cantidad, en el ranking de quién es quién en crudos pesados en el mundo, Colombia es casi anónimo frente a países con una imponente presencia como China, Rusia, India, Rumania y Reino Unido, entre otros.
En América llevan la delantera Canadá, Venezuela, Perú, Brasil y México, que reportan una alta participación en el 64% de reservas mun- diales de crudos extra pesados y en el 36% de hidrocarburos no convencionales.
En este momento Venezuela, en la faja del Orinoco, es el país que tiene las reservas más importantes de crudo de todas las clases en el planeta: produce 2,3 millones de barriles diarios, de los cuales el 25% corresponde al crudo pesado. Se dice incluso que derrocó a los árabes en su poderío energético. De hecho, el país vecino tiene la capacidad de convertirse en el mayor productor mundial, pero otras situaciones le han impedido desarrollar esta fortaleza, según los expertos. Canadá cada día encuentra más y desarrolla nuevas tecnologías para producir una de sus mayores fortalezas: el bitumen, un crudo extra pesado que se comporta como un sólido y se encuentra en terrenos arenosos, cuyo aprovechamiento demanda un gran esfuerzo y recursos.
Entonces, el pastel mundial de los crudos pesados se lo reparten Venezuela, que desde sus terminales puede cargar buques hasta de 2,5 millones de barriles, y Canadá, con 1,8 millones barriles de crudo por día
Crudo con estrella
Pero mientras los americanos sudan la gota gor- da para extraer los crudos pesados, en Colombia el camino es más sencillo. Los yacimientos nacionales tienen mucha energía y se desarrollan como si fueran convencionales sin serlo.
Los expertos señalan que en Canadá lo sacan “a paladas”; es decir, con una dificultad que implica un trabajo de minería a veces profunda. Por su parte, en California deben inyectarle agua y vapor, y en Colombia, en Castilla-Chichimene, justo debajo del yacimiento hay gran cantidad de agua, que se recarga y se convierte en energía, lo que facilita el proceso.
“Tenemos una gran ventaja frente a los canadienses y disfrutamos de este regalo de la naturaleza que nos da energía en forma de calor y presión suficiente gracias al agua”, explicó Casallas.
Vamos lejos
El crudo Castilla puro es solo uno de los componentes de la mezcla Castilla de exportación, que tiene entre sus destinos a la China. La travesía de este negocio, sin intermediarios, superó diferencias culturales, horarias e idiomáticas El primer embarque de Castilla a China fue rea- lizado en un buque tipo Suezmax, que cuenta con las dimensiones para atravesar el canal de Suez sin inconvenientes. Ahora se emplean buques tipo VLCC con capacidad de unos dos millones de barriles para el transporte de crudo a países del mercado asiático.
A estas buenas noticias se suma el factor comercial. Lo que se pagaba por un barril de crudo pesado era poco y ahora los precios subieron, garantizando así negocios más rentables.
Para Gabriel Reyes, ex vicepresidente de Refinación y Mercadeo de Ecopetrol, en este momento el comercio es interesante y rentable, pues se pagan casi US$100 por barril. Además el país está preparando sus refinerías y centros de transporte para exportar todo lo que se produce.
Carlos Durán, vicepresidente técnico de Hocol, advierte que la esperanza del país en materia de crudos pesados se centra en los Llanos. “Se observa en la cantidad de pozos exploratorios en sectores como Casanare, Meta y Caquetá, además reforzado con los frecuentes hallazgos de crudos pesados reportados por las compañías. No se deben descartar sectores como el Putumayo, Caguán y los valles medio y superior del Magdalena, donde existen recursos interesantes ya identificados que deben ser evaluados técnica y económicamente para su explotación”.
En las actuales circunstancias de incremento de la demanda asiática y ante la recesión de Estados Unidos, se debe trabajar el mercado del Lejano Oriente, cuya saciedad y crecimiento parecieran no tener límites, para abrir mayores puertas en ese destino económico y competir con el resto de los productores de crudo pesado.
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